Pablo, Paul para los amigos, es un músico, sin suerte en la vida. Hace 2 años se deshizo su banda de tributo a los Beatles. Desde entonces va con su guitarra en solitario, interpretando las canciones de los Beatles que tanto le fascinan, pero sólo consigue actuar en pequeños bares y, a veces en plena calle.

Su situación económica está en un punto crítico. A punto de ser desahuciado, revisando ofertas de empleo en un periódico, ve un anuncio en el que solicitan personas para un experimento científico.

La posibilidad de ganar un dinero rápido o quizá el hecho de que el laboratorio se llamase Abbey Road, fue suficiente motivación para que Pablo llamara para concertar una entrevista.

Una vez en el laboratorio el doctor Roberts le explica que el experimento consiste en intentar un viaje al futuro. Será la primera vez que se intente con un ser humano. Viajará a 2050 y permanecerá allí solamente 10 días y lo volverán a traer de vuelta. Su misión será conseguir información y prueba que puedan demostrar que ha conseguido viajar al futuro.

Paul accede a someterse al experimento a cambio de una cuantía, no muy alta, pero, dada su situación financiera, a él le pareció generosa. Él siempre viajaba con su guitarra y como esto al fin y al cabo, se trataba de un viaje, no iba a hacer una excepción.

Aunque no tenía nada que perder, no podía evitar cierto nerviosismo cuando se acercaba la fecha del viaje, pero… los científicos son muy listos y la tecnología ha avanzado una barbaridad. ¡Seguro que todo saldrá bien! El experimento salió mal… y, en lugar de viajar al futuro, el doctor Roberts y su equipo enviaron a Pablo a un universo paralelo en el que no existe la música!!!

Aquí comienza esta historia…